Estos son los mejores móviles Xiaomi con resistencia al agua

En este artículo abordaremos un tema muy presente en los dispositivos actuales pero a la vez bastante desconocido o, al menos, insuficientemente explicado por las compañías: la impermeabilidad o resistencia al agua.

Hablaremos sobre cuándo aparece esta tecnología, el significado de las siglas IP, las diferencias entre sus numeraciones y, en definitiva, intentaremos reunir toda la información realmente interesante acerca de esta característica cada vez más común en los teléfonos móviles.

¿Qué es IP y qué significa?

Cuando buscamos móviles u otros dispositivos tecnológicos con resistencia al agua, nos encontramos con las siglas IP seguidas de números. Pero, ¿sabemos que significan?

IP son las siglas utilizadas para abreviar los términos “Ingress Protection”. Estas calificaciones IP (o grados de protección IP) están definidas en la norma internacional EN 60529 (BS británica EN 60529: 1992, IEC europea 60509: 1989). Se utilizan para definir los niveles de efectividad de sellado de equipos electrónicos contra la intrusión de cuerpos extraños (herramientas, suciedad, etc.) y la humedad.

El estándar de protección califica de forma alfanumérica los distintos grados de protección y cada dígito tiene su propio significado. En síntesis, cuanto más altos sean los dígitos siguientes, mayor será el nivel de protección. Veámoslo con más detalle.

Nomenclatura IP

Como hemos explicado, IP hace referencia al estándar de la norma. Este estándar siempre va seguido de dos dígitos adicionales (no siempre son dos números, también pueden aparecer letras). Pero, ¿qué significan esos números?

Primer dígito: protección frente a la entrada de sólidos. Va de 0 a 6.

Es probable que en algunas ocasiones hayamos encontrado una X en este primer lugar, lo que significa que no hay datos al respecto.

Segundo dígito: protección frente a la entrada de agua. Va de 0 a 8.

En este segundo dígito, podríamos encontrar un grado adicional, 9K, definido por el estándar alemán DIN 40050-9 y no por la CEI 60529. El nivel 9K hace referencia a la resistencia frente a potentes chorros de agua de alta temperatura.

Es importante tener en cuenta que obtener un grado determinado de protección no implica que se hayan cumplido los grados anteriores. Por ejemplo, un dispositivo con un IPX8 puede no haber pasado el test para un grado IPX5. Es necesario superar las pruebas establecidas para cada grado.

Con toda la información mencionada anteriormente, podemos deducir que para conseguir el mayor grado de protección posible debemos elegir aquellos productos que especifiquen que tienen un grado de protección IP68.

Un poco de historia

Para encontrar el primer teléfono móvil resistente al agua debemos retroceder hasta el año 2005, cuando se presentó el Casio CanU 502S, creado en colaboración con LG, que aseguraba protección frente a 30 minutos de inmersión completa, aunque no se especificaba el grado IP.

En el año siguiente, 2006, apareció el Sony Ericsson SO902iWP, que incluso promocionaba la capacidad de recibir llamadas bajo el agua (algo llamativo desde el punto de vista publicitario, pero nada útil en la práctica).

Así fueron apareciendo diferentes modelos de distintas marcas, casi todas enfocadas a un público concreto en el ámbito deportivo y de aventura.

Con la llegada de Android en 2008, esta tendencia empezó a generalizarse, aunque al principio era algo costoso. No fue hasta 2010 cuando casi todas las marcas ofrecían algún modelo con esta característica.

Sin duda, hubo una compañía que destacó en cuanto a la resistencia al agua de sus dispositivos y esta es Sony, con su modelo Xperia Z (2013), que comenzó con un grado IP57 y fue mejorando en cada una de las generaciones posteriores.

Pero esta “buena fama” le salió algo cara a Sony, ya que hubo muchas quejas de los usuarios por averías y daños producidos por el agua. Así, la publicidad de la protección frente al agua pasó de ser tan llamativa como la posibilidad de tomar fotos debajo del agua a ser simplemente resistente a las salpicaduras en la piscina. Sin duda, un cambio significativo.

Ya conocemos más sobre la certificación de resistencia al agua, pero…

¿Cómo se fabrica un teléfono resistente al agua?

Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que hay varios orificios por los que el agua puede entrar en un teléfono móvil, como la bandeja SIM, el micrófono, la entrada de auriculares, las ranuras de memoria, etc.

Para lograr que un teléfono sea resistente, que no impermeable, se requiere una gran cantidad de goma. Incluso, la Universidad de Harvard realizó un estudio sobre la capacidad de resistencia al agua en los móviles actuales y señaló que el primer desafío de los fabricantes es garantizar precisamente esa resistencia, incluso cuando las pantallas actuales no pueden quedar fijas al marco del terminal. La respuesta a esto es utilizar una cantidad exagerada de goma comprimida. Los sellos de goma son los encargados de asegurar que nada se dañe por el agua y la calidad, densidad y otros aspectos técnicos de su fabricación están dictados por la certificación a la que se ajusten.

Estos sellos de goma son productos con una textura gelatinosa, pegajosa y relativamente sin poros, diseñados específicamente para crear un sello totalmente hermético, y se conocen como tapones adhesivos.

Dado que la goma es un material que puede deteriorarse con el uso, la certificación IP podría no ser duradera en el tiempo. Por lo tanto, podemos comprar un teléfono resistente al agua, pero después de algunos años, es posible que deje de ser resistente.

Entonces, ¿qué podemos esperar de un teléfono con resistencia al agua?

En primer lugar, debemos ser cautelosos y tener en cuenta los matices. Los fabricantes hablan de resistencia al agua, pero nunca aseguran que los teléfonos sean a prueba de agua. Esto se debe a que es casi imposible fabricar un teléfono completamente hermético.

Los fabricantes son tan prudentes al respecto que, aunque puedan utilizar la certificación IP con fines publicitarios, en la letra pequeña siempre nos recuerdan que es mejor no usar el teléfono en ambientes con agua y, mucho menos, sumergirlo intencionalmente en ella.

Factor importante: el tipo de agua

Nunca se especifica a qué tipo de agua se refieren cuando se habla de teléfonos o dispositivos electrónicos resistentes al agua y la realidad es que solo hacen alusión al agua dulce.

El agua salada es especialmente dañina para nuestros dispositivos, ya que provoca corrosión tanto en los componentes como en las gomas utilizadas para sellarlos. Cuando hablamos de agua salada, no nos referimos solo al agua del mar, puesto que cada vez más piscinas emplean agua salada en lugar de cloro. Por lo tanto, si piensas que tu teléfono está a salvo en una piscina, ten en cuenta este dato.

Consejos útiles

Para concluir, consideramos útil mencionar algunos consejos sobre cómo actuar en caso de que nuestro teléfono se moje accidentalmente, ya sea con certificación IP68 o inferior.

Lo primero que debemos hacer si el teléfono cae al agua, ya sea dulce, salada o en el retrete, es actuar rápidamente y recogerlo cuanto antes.

Después del inevitable susto, tenemos que apagarlo. Nunca debemos realizar pruebas con el móvil mojado, ya que podría funcionar durante un tiempo, pero el agua se desplaza y en cualquier momento podría provocar un cortocircuito en alguno de sus componentes, lo cual es irreparable.

Una vez que lo hayamos recuperado y apagado, ¿qué debemos hacer a continuación? El siguiente paso dependerá de nuestras habilidades y de las herramientas que tengamos a mano. Lo ideal sería abrir el teléfono, desconectar la batería y todos los cables flex que encontremos (pantalla, cámara, sensores, etc.).

Pero, ¿qué hacer si no podemos abrirlo? Si no es posible realizar la operación anterior, es muy importante mantener el teléfono apagado hasta que estemos seguros de que no queda humedad o agua en su interior. Podemos recurrir a métodos comunes como introducirlo en arroz (conocido por su capacidad para absorber la humedad) o incluso utilizar perlas de sílice para gatos. Sin embargo, debemos tener cuidado de no usar métodos que generen calor, como un secador, ya que podría aumentar la temperatura de ciertas partes del teléfono y dañarlo.

Si el teléfono se ha caído en agua dulce, debería bastar con dejarlo secar minuciosamente. No es suficiente con no ver agua en el interior porque hay partes debidamente protegidas a las que no es recomendable acceder y que pueden acumular pequeñas gotas que no son visibles.

Si el teléfono se ha caído en agua salada, lo ideal sería utilizar algún tipo de spray limpiador de circuitos, ya que existen varios en el mercado. Esto ayudará a evitar la formación de salitre, que es un gran enemigo de los componentes electrónicos. Una vez realizada la limpieza, debemos esperar pacientemente hasta asegurarnos de que esté completamente seco.

Estos pasos podrían salvar la vida de más de un teléfono.

Conclusión

En conclusión, ningún teléfono está hecho a prueba de agua, solo ofrecen cierta resistencia para casos puntuales y pequeños accidentes. A pesar de tener una certificación IP68, no están diseñados para uso acuático, por lo que no debemos esperar que podamos tomar fotos bajo el agua, a menos que utilicemos una buena funda hermética.

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